Oficios tradicionales que amamos: los camoteros y su inconfundible silbido

los camoteros y su inconfundible silbido

En otra entrega de nuestra serie de oficios tradicionales que amamos, te contamos más acerca de los camoteros, sus excepcionales carritos y su inconfundible silbido.

Estos sujetos venden camotes, cocidos y calientes, preparados con aditamentos como azúcar, canela y leche condensada. Conducen peculiares carritos en donde transportan y preparan su mercancía y suelen recorrer las calles de la CDMX y otras ciudades del centro del país durante la tarde y la noche.

Aquí algunos detalles acerca de los camoteros que quizá no conocías.

De más a menos

Los carritos de camotes solían ser mucho más populares antes. Quienes se han dedicado a este oficio durante muchos años, admiten que la venta ha disminuido substancialmente. Atribuyen el cambio a la abundancia de ofertas de antojitos y comida en la calle, que representan una competencia difícil de vencer.

Esta baja ha influido incluso en el tamaño de los carritos. Mientras que antes lo más común era que todos utilizaran los tambos de 200 litros, actualmente es muy común ver carritos más pequeños, con tambos de 50 y hasta 20 litros.

El carrito

Los carritos de los camoteros están hechos de lámina galvanizada. Pesan entre 100 y 150 kilos, con todo y mercancía. Utilizan tres llantas para moverse y tienen colocado un manubrio para dirigirlos. Alguno hacen los propios, pero hay un par de fabricantes que los venden por entre 8 y 12 mil pesos.

En el interior hay un horno de leña, en donde se cuece la fruta  –aunque originalmente era solo el camote lo que se vendía, actualmente también venden plátanos. Un tubo, también de lámina, deja salir el vapor para que el producto no se ahume por dentro. Es este mecanismo el que produce el característico silbido, que anuncia la llegada del camotero.

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Foto: culturacolectiva.com

El pueblo de los camoteros

En San Lorenzo Malacota, Estado de México, la enorme mayoría de los hombres adultos son camoteros en Toluca o la Ciudad de México. Cada 13 de agosto, hay una misa especial en la Parroquia de San Lorenzo para agradecer por las ventas y bendecir los carritos.

Estos son adornados para ese día especial, en lo que los camoteros oriundos del pueblo describen como una bonita tradición.

Herencia

Muchos de lo camoteros que recorren las calles cada tarde prácticamente heredaron el trabajo de sus padres o familiares mayores –algunos, incluso el carrito. Es uno de esos oficios cuyos pormenores aún suelen ser transmitidos de generación en generación.

Es posible que esto haya fortalecido al oficio en una época en la que enfrenta la amenaza de la extinción.

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Foto: pinimg.com

Aunque el futuro es incierto para los camoteros, es indiscutible que forman parte fundamental del acervo gastronómico de México. Su demostración del ingenio y espíritu emprendedor de los nuestros probablemente mantendrá el oficio vivo durante muchos años más.

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